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¿Qué es Salmacis?

Voyeur de mirada captora:

Como delatándote la brisa tras vaporosa cortina de seda, tus dedos han pasado la página y han expuesto tu vicio anónimo, mientras que yo, ruborizadas todas mis letras, soy presa de tu pupila y de una mente ajena. ¿A cuántas vidas te has asomado? ¿Qué has hecho con ellas? 

Poetas te abren mundos que su pluma no teclea, sienten para sí, pero sin ti, no te esperan. Recorres sus líneas con la avidez de un incendio, se corre la tinta, inesperada una pausa no prevista en su métrica: se difumina ese verso y la estrofa se aleja, tiras de ti hacia ti, tu sangre en tu anzuelo…

No es materialidad de lo infinito, / la miel ya te es dolor en la noche, / una mano que calma / y te ayuda a sorber / una leche dulcísima, / es no preguntarte por la ausencia / de la mano paterna. / Me miras y te dices que libo / los secretos de mil flores, / que abandoné las celdas / de una colmena que no cuido, / que mi vida es un zumbar / sobre pétalos y olvido. / Mas nunca me dirías que digo / que en la noche los olores, / perfumes a flor de piel, / aleteos y colores, / sinestesia en mi panal, / se recolectan para miel / de infinito inmemorial.

Arranca esa cortina traidora -y tráetela, que puse a lavar las sábanas de anoche-, salva la distancia que va desde mi ventana hasta tu juicio y ayúdame en mi labor.

P.D: A un Horacio laureado le encontrarías chichones por darse en la cabeza con las estrellas. En nuestro caso, fácilmente podrías encontrarnos estrellados contra el suelo de cualquier sauna, y, si hueles laureles, te preparamos lentejas. Para este y futuros números hemos tenido la suerte de contar con poetas que, pese a su gran talento y proyección, han acompañado nuestros primeros pasos sin dudarlo. En contraste con su calidad humana, nos hemos topado con lo contrario, y, un día, con nuestra amiga Elena Torres, partiendo de un chiste, pensamos, por ese sector borde del gremio, un eslogan para camisetas: “¡Antes de poeta hay que ser persiana y, cuando te enrolles, persona, gilipollas!” … pero es demasiado largo y dicen que la juventud de hoy día sólo demanda emojis y nudes. Si has llegado hasta aquí, sigue, ya has pasado lo peor.

Siempre mío,

Luis S. Górriz.

 

 

No pretendemos hacer poco con esta revista. Tampoco mucho. Lo que desde luego queremos es tener algo grande. Sí, sabemos que lo grande, y sobre todo lo grandioso, no es lo más común en nuestra época (o eso nos intentan transmitir).

¿Es o no es? Esa no es la cuestión. Presentar este primer número, centrado en la libertad sexual e identitaria, es un orgullo, no solo por los versos que hemos reunido, que nos han impactado en lo más hondo de nuestro ser íntimo (pese a que intimidad, nosotros tenemos poca). Es una nueva ruta esta que emprendemos en el ámbito de la poesía, y sobre todo en el de la lírica y épica jóvenes, y que esperemos que no pase desapercibido: algún eco para estas nuevas voces encontraremos seguro. Miramos al futuro comprometidos con ciertas temáticas sociales que están candentes o que deberían estarlo, sin perder de vista los géneros y estilos innovadores: sin una búsqueda de la innovación formal, Salmacis no sería lo que es. 

En la sección de creación, queremos quien nos atormente con o nos haga mofa de eso que siempre se ha llamado libertad sexual (si es que existe el sexo); en la crítica, atravesamos nuevos trinos de aves y cisnes de cuellos de diferentes tamaños, pero siempre con ojos originales para aquello que se dice erotismo; por último, en las entrevistas (en papel y en vídeo) nos desgañitamos tratando de hacer flotar esas barcas hundidas en los lagares espesos de la lucha. Esta es una revista, en fin, a la vez profunda y superficial, ni de centro ni de descentro, pero a la que esperan muchos más escritos y humedades destejidas.

Buen viaje a todos por estos poemas. No os mojéis demasiado.  

Francisco Martínez Real.

 

Hermafrodito no pudo librarse del húmedo abrazo de Salmacis, la ninfa que perdió su nombre y su voz tras suplicar a los dioses que ese abrazo nunca deshiciera su nudo. Con esa fusión de cuerpos, los antiguos explicaron los orígenes (aitia) de la intersexualidad. Salmacis quedó como recuerdo de una maldición a la virilidad, y no volvió a ser nombrada sin referirse primero a Hermafrodito, ni siquiera por Pierre Grimal en una entrada independiente de su diccionario.

Nuestra intención es recuperar esa voz que suena peor, distorsionada, en bocas ajenas, y propondremos por ello trimestralmente diversas temáticas para nuestro número de poesía impreso y las ampliaremos con nuestro blog y redes desde variadas perspectivas.

Salmacis irá variando la temática en cada número trimestral y se estructura

en tres partes:

Creación: poemas inéditos de algunas de las voces más punzantes del mundo

poético a tratar. Además, se incluyen los inéditos premiados en el concurso

que Salmacis propone por sus redes sociales al presentar cada nuevo número;

las ilustraciones premiadas en concurso son las que abren las secciones.

Crítica: reseñas y artículos con foco sobre poetas y versos, regulando el zoom o rompiendo la lente.

Entrevista: charla a merced de las mareas de una conversación sincera con une poeta seleccionade, quien cierra analizando uno de sus poemas publicados.