Ni chicha ni limoná

Ni chicha ni limoná

 

 

 

Crecer es conocerse, y conocerse es crecer.

Aunque hay veces que el entorno te ayuda a crecer y conocerte, otras veces tu entorno puede hacer todo lo contrario, lastrarte, impedir que te conozcas, impedir que crezcas.

Los estereotipos de género, esas actitudes que se esperan de nosotres en función de tu género binario, hombre o mujer, si son reforzados por tu entorno, se convierten en jaulas que te van minando y que van determinando tu comportamiento, quieras o no. En la infancia, que es cuando nos desarrollamos, esas directrices del entorno te marcan y te hacen «ser» de una forma, pero es un ser en apariencia, es una máscara, una armadura, un disfraz. Disimulas, aceptas, tragas, porque sabes que no está bien, pero no encuentras ni las palabras ni las estrategias para poder liberarte, y es que ese es el gran problema de la infancia, que marca demasiado para lo poco que se puede hacer en esas edades por ti misme.

Si eres una persona trans no binarie el problema es enorme, porque sabes que no estás en un punto o en otro, sabes que no te identificas con un hombre pero tampoco con una mujer, sabes que eres chica porque es lo que te han dicho, pero no hay nada en ti que te haga sentir así.

Mirarte al espejo y no reconocerte en absoluto, odiar tu cuerpo y tu cara, odiarte tode entere porque sabes que no, que hay algo que no, pero no puedes ponerlo en palabras, y lo que no se nombra no existe. Esa disonancia entre tú y tu cuerpo, ese vivir separade de tu cuerpo, como si no formase parte de ti, como si no fueras tú.

Si ahora me preguntasen qué hubiera necesitado en mi infancia para no odiarme así, diría que vocabulario y referentes.

 

 

Si ahora me preguntasen qué hubiera necesitado en mi infancia para no odiarme así, diría que vocabulario y referentes.

 

 

Vocabulario para que me ayudase a nombrar y entender por qué estaba en medio de algún sitio y en ninguna parte a la vez.

Referentes para saber que existe otra forma de estar en el mundo, para conocer gente como tú y saber que no eres únique en el mal sentido de la palabra, que no eres un bicho raro del que huir, que no eres un todo y nada, ni uno ni otra, ni chicha ni limoná.

Mirando con perspectiva a mi infancia, adolescencia y juventud tardía, veo que me he perdido algo muy importante, que es conocerme.

Ya no digo quererme ni gustarme, eso viene después, digo conocerme, entenderme, darme la oportunidad de desarrollar mi identidad sin tener que estar supeditada a estereotipos caducos, al machismo y la LGTBIQ+fobia que campan a sus anchas en todo el mundo.

Es de agradecer que cada vez más gente estemos entendiendo nuestras identidades gracias a las personas que se arriesgan y que se exponen, que nos enseñan que hay muchas formas de ser, que todas ellas son válidas. Es de agradecer también encontrar la valentía para poder seguir los pasos de esa gente y vivir, por fin, tu vida. Paso a paso, con cuidado, recomponiendo las piezas del puzle que habías montado mal desde el principio, pero volviendo a empezar. Todavía estamos a tiempo.

 


 

Ira-René es una persona no binarie que emplea su trabajo como docente para educar y para aprender de su alumnado. Es maestre de infantil, primaria e inglés, pero sobre todo se siente orgullose de ser ese profe con quien se abren y salen de cualquiera de sus armarios. Le encanta la música, la lectura y resurgir cual Ave Fénix, mascota de su proyecto de prevención del acoso escolar.

Aquí os dejamos su ig @ira_rene_